Los ejemplos de otros países de la región apuntan a ahorro de costos para las empresas.

La implementación de la facturación electrónica tiene beneficios que no solo se limitan al aumento en la recaudación, el combate a la evasión y a la corrupción, sino que también implica ahorros para las empresas y la movilización de dinero en la economía que ayuda a aumentar el dinamismo de esta, explicó Mónica Calijuri, especialista principal de Administración Tributaria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La experta explicó a LA PRENSA GRÁFICA que El Salvador era uno de los seis países de América Latina que aún no sustituyen sus documentos fiscales físicos por los electrónicos. Otras naciones, como México, llevan una ventaja de más de una década, pero son ejemplos que se pueden estudiar y aprovechar.

«En lugar de pagar a alguien para que maneje su facturación, la empresa lo hace todo en la plataforma de la administración tributaria. Se ahorra ese dinero o lo reinvierte, y esto genera mayor dinámica económica», dijo Calijuri.

De forma más directa, agregó, promueve el surgimiento de nuevas industrias y sectores para apoyar el proceso como tal. «Se generan oportunidades incluso para startups y pequeñas empresas que pueden crear nuevos servicios y proponer soluciones a las empresas que están dando este paso hacia la facturación electrónica», aseguró.

La factura electrónica genera otros diversos productos y servicios que son ofrecidos por empresas existentes que se reconvierten o empresas nuevas, servicios de contabilidad, de tecnología, y allí hay beneficios adicionales, añadió.

Principalmente, indicó, el hecho de que se reduzca la evasión y que la recaudación se vuelva más eficiente lleva a que el Estado tenga más recursos para invertir, lo que también se vuelve un elemento dinamizador de la economía.

«Se facilitan, por otra parte, los procesos de licitación y compras estatales. Con mayor recaudación el Estado puede contar con más recursos para mejorar los servicios que ofrece a la población, mejorar vidas, que al final ese es el propósito de todo esto», sostuvo.

El ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, calcula que el mero paso a la facturación electrónica les significará una recaudación adicional de $200 millones, pero el BID cree que puede ser aún mayor.

 

Por Mariana Belloso | Recopilado de laprensagrafica.com el 27 de enero del 2020