Las emprendedoras se dedican a elaborar productos de cuero, bisutería y gastronomía. Los productos se comercializan en puntos como la plaza de Santo Tomás y en Tienda Mype de Ilobasco.
Hace 13 años un grupo de mujeres en el municipio de Santo Tomás, en San Salvador, decidió asociarse por la necesidad de ingresos económicos.
Algunas bordan a mano, hacen artesanías y otras se dedican a la gastronomía.
Carolina de Quintanilla, vocera de la Asociación de Mujeres Productoras de Santo Tomás, explicó que la institución agrupa a emprendedoras tanto del interior como de las afueras del municipio, generando en la actualidad una independencia económica producto del esfuerzo y dedicación.
“Yo elaboro la línea Eco Arte y enseño a otras mujeres a decorar. Esto nos ha venido a beneficiar que obtienen una autonomía, pues no están dependiendo de su pareja”, dijo Quintanilla.
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A pesar de ser odontóloga y de poseer su clínica, Quintanilla encontró en las artesanías un espacio para liberar el estrés, para expresar su arte y apoyar a las mujeres a salir adelante a través de su liderazgo.
«Esto nos ha venido a beneficiar porque obtienen una autonomía, pues no están dependiendo de su pareja, y manejan su dinero”. Carolina de Quintanilla, vocera de asociación
En una década no solo han practicado lo que les apasiona, sino que han recibido talleres de formación sobre sus derechos, derechos económicos e incluso se buscó el apoyo de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) para capacitar a las mujeres en técnicas profesionales y vocacionales, como el dibujo prehispánico, técnicas de pintura y decoración con flores.
A través del liderazgo de Quintanilla se han instruido y también se posicionaron en espacios de comercialización que generan ganancias para las emprendedoras.
Ahora venden sus productos en la plaza comercial de su municipio, además de participar en festivales y los agromercados que se realizan una vez al mes.
También sus productos son comercializados en la tienda ‘Azul Nonualco’ en Suchitoto, en Ilobasco a través de la ‘Tienda Mype’, y en el restaurante Coffe Lake en la ruta panorámica.
Todo lo obtenido “no ha sido fácil”, reconoce Quintanilla, pero la constancia es lo que les ha hecho obtener los frutos actuales.
Impacto de la pandemia.
Factores como la pandemia provocaron que el grupo de 15 mujeres, que conformaban la asociación, se redujera a sólo siete y que las ganancias fueran menos.
Sin embargo, las productoras que se alejaron han recurrido a elaborar platillos típicos y continúan trabajando en su comunidad, dando frutos lo aprendido con la asociación.
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Además, la misma pandemia impulsó la comercialización de productos en línea.
“Fue con la pandemia que Conamype también nos apoyó en eso de poder activar un poco más la página de Facebook, ofertar las compras, y poder pagarle a alguien para que haga la entrega, entonces ya es una nueva modalidad”, profundizó Quintanilla.
De las mujeres que aún persisten, dos se dedican a los productos de cuero como monederos, bolsos, llaveros y billeteras; tres están en el rubro de gastronomía y dos a la decoración de productos de flores y hojas como cuadros, tarjetas, joyería y aretes.
La vocera de la asociación señaló que el reto que aún deben superar es la legalización, y la mayor satisfacción es visualizar las historias de superación de sus compañeras.
Esperan que conforme la pandemia termine, las mujeres que se alejaron del grupo retornen y puedan continuar ofreciendo sus productos, así como que más productoras se incorporen a la asociación.
- 13 Años La asociación apoya a las mujeres productoras desde 2009.
- 7 Productoras La pandemia provocó que de las 15 productoras solo persistieran siete.
- $2 Productos Algunos productos como monederos pueden adquirirse desde los $2.
Por Jacqueline Villeda | Recopilado de elmundo.sv el 4 de abril del 2022