El grueso de los recursos servirá para reconvertir la refinería de Acajutla en terminal de almacenamiento. La multinacional también aumentará su capacidad de almacenamiento de «jet fuel» en su planta anexa al aeropuerto
«Recién ayer enviaron la buena noticia de que el permiso de Economía ya fue extendido», dijo el pasado jueves el gerente Regional de Ventas de Aviación de la empresa, Carlos Ávila, quien explicó que esa era la última autorización pendiente.
Puma está apostando a ampliar su almacenaje de combustible para aviones en el aeropuerto porque prevé que la demanda aumentará en los próximos años, y porque ya lidera ese segmento en su calidad de proveedor exclusivo de Avianca en el país, además de que también tiene contratos con Copa, Delta, Spirit, Veca y Aeroméxico.
Ávila detalló que en 2013, cuando Avianca trasladó su centro de conexiones de San José, Costa Rica, a El Salvador, la demanda de ‘jet fuel’ en el país creció en 15 por ciento.
Adicionalmente, Puma es distribuidor exclusivo de combustible para la nueva aerolínea Veca, que inició operaciones a finales de noviembre recién pasado. El contrato vence a mediados del presente año, pero esperan renegociarlo, dijo el gerente.
La ampliación de la terminal cercana al aeropuerto permitirá a Puma llevar su capacidad de almacenamiento de ‘jet fuel’ desde los 6,000 barriles actuales hasta 16,000 barriles. La inversión ascenderá a cerca de un millón de dólares, según detalló Ávila.
De refinería a terminal
Pero la mayor inversión de la multinacional en El Salvador para los próximos dos años se concentrará en Acajutla, donde posee la que hasta diciembre de 2013 fue una refinería de petróleo.
Puma opera esas instalaciones desde marzo de 2012, cuando tomó control de las mismas tras comprar los activos de la petrolera Esso en el país.
Ahí en la exrefinería, que actualmente funciona como terminal de almacenamiento, Puma invertirá 20 millones de dólares entre 2015 y 2016, según detalló el presidente de Operaciones de la compañía para las Américas, Rodrigo Zavala.
Al detallar en qué se utilizará el dinero, Zavala dijo que «Hay que hacer algunas inversiones para mejorar la capacidad de recepción de barcos, y la capacidad de almacenamiento del producto y de preparación del producto final para nuestros clientes».
Puma emplea las instalaciones de esa terminal para almacenar diésel, gasolina, ‘jet fuel’ y gas licuado de petróleo.
La multinacional cuenta con 88 estaciones de servicio de combustibles en todo el país, la gran mayoría de las cuales fueron parte de la compra a Esso hace ya más de tres años.
Hablando en videoconferencia desde San Juan, Puerto Rico, Zavala explicó que la decisión de reconvertir la exrefinería en terminal de almacenamiento se debe a que resulta económicamente más eficiente importar combustibles a El Salvador que importar petróleo crudo y procesarlo.
Tras la reconversión en Acajutla, Puma contará con un 50 por ciento más de capacidad de almacenamiento de combustible para aeronaves, hasta alcanzar un total de 214,000 barriles.
Ampliación del aeropuerto
Al preguntar a los voceros de Puma si la ampliación del aeropuerto Monseñor Romero tendrá un impacto en su negocio, estos respondieron que la empresa está lista para dicho proyecto.
La ampliación del aeropuerto ha sido pospuesta pese a que su capacidad para atender pasajeros, que es de 1.6 millones al año, fue superada ya en 2013, cuando 2.1 millones de viajeros pasaron por Comalapa.
El plan maestro para la terminal aérea en poder de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) contempla una inversión superior a los 493 millones de dólares. Sin embargo, pese a que CEPA había anunciado que los trabajos iniciarían en 2014, hasta la fecha solamente se han hecho remodelaciones y sustitución de equipos, como puentes de abordaje.
Ávila dijo que Puma incluso tiene ya instalada tubería subterránea en una zona del aeropuerto cercana al lugar donde según el plan de ampliación CEPA construirá tres nuevas puertas de abordaje.
El gerente agregó que el de El Salvador es el único aeropuerto en Centroamérica que cuenta con un sistema subterráneo de tuberías que transportan ‘jet fuel’ hasta el lugar donde los aviones estacionan junto a la sala de abordaje.
Gracias a ese sistema, la recarga de combustible se hace con unos vehículos tipo pick-up que en la industria se conocen como «servicers». Estos vehículos llevan una manguera que se conecta, en un extremo, al piso, y en el otro, al ala del avión.
De esa forma el tanqueado de los aviones se realiza más rápidamente, puesto que un camión cisterna tiene capacidad para 8,000 galones, lo cual significa que, por ejemplo, un avión como el de Iberia, requeriría 3 camiones, con el consecuente tiempo necesario para estacionarlos, conectarlos, desconectarlos y apartarlos. En cambio, con la tubería subterránea, la conexión se realiza una vez y el combustible se carga directamente.
Fuente: El Diario de Hoy