Los precios de los diferentes productos empiezan el año con una baja, según datos de la Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC), y para algunos economistas esto significa que El Salvador ya entró en proceso deflacionario.

El Índice de Precio al Consumidor (IPC), que mide el comportamiento generalizado de los precios, mostró un descenso del 0.7 % en enero pasado, es decir que los salvadoreños lograron adquirir los productos y servicios a un precio más barato en enero pasado respecto del mismo mes de 2014.

Según la entidad, los precios de los combustibles son los que más han empujado el indicador hacia la baja. El gas propano, la gasolina especial, la gasolina regular y la electricidad son los productos que más bajaron de precio en enero del presente año; asimismo, productos alimenticios como el tomate registraron reducción en su costo.

Por otra parte, las prendas de vestir y el calzado tuvieron una baja en su precio, junto a servicios de telecomunicaciones y servicios de recreación.

Deflación

El economista Luis Membreño aseguró que el efecto de la baja internacional del precio del petróleo aún no se termina de reflejar en el país, y es posible que los precios de otros productos puedan disminuir en los próximos meses.

“El efecto positivo de todo esto es para el consumidor, porque va a poder conseguir más por su dinero. En los próximos meses podríamos ver una presión a la baja de los precios de algunos productos”, indicó Membreño.

El precio del petróleo ha bajado más del 50 % desde junio pasado. Ayer el preció bajó hasta los $49.59 el barril. En junio pasado el precio por barril tocó los $107.

Para Membreño, la economía salvadoreña ya se encuentra inmersa en un proceso deflacionario.

“Ya tenemos cuatro meses en que la inflación ha venido descendiendo desde niveles de 2 % a cerrar en -0.5 % a fin de año. Hoy ya en enero tenemos una caída del IPC del 0.7 %”, indicó.

La deflación es una caída de los precios que se prolonga durante varios períodos. En El Salvador la caída de los precios se ha registrado desde septiembre pasado. “Lo que sucede es que la deflación genera un peligro como la contracción del consumo, porque la gente percibe que consumir hoy es caro y que mañana será más barato. Esto puede generar una reducción del crecimiento. Si la economía no crece, eso genera una tendencia a reducir los precios”, aseguró el analista.